Quisque se marcha. Lo ha decidido. Hablará con Massimo y con Antonio. Le dirá su verdad: "estoy como en casa, por eso me marcho. Salí de ella para vivir y, de nuevo, caigo en la mesa de camilla, en la complacencia. Me he conformado con esa ventana, con las dos torres del fondo, con el sonido de la gente, con el estrépito de los coches. Me niego a seguir aquí y me marcho"
Antonio y Massimo han comprendido la situación. El mensaje estaba ante sus ojos, en sus palabras. Han abierto la puerta y la luz de Bolonia ha inundado el encierro. Luz de otoño, amarilla de bosque y roja de arcilla. Quisque se ha desperezado, ha estirado las piernas. En un papel le han escrito una dirección. Búscala, le han dicho, está todo pagado. Ahora tu vida es nuestra. Y Quisque ha sonreído. Ha recordado la voz de sus padres.
Una delicia en realidad poder vivir así. Es mi aspiración, la de todos. La de eterno buscador de plenitudes.
ResponderEliminarQuisque huye de la autocomplacencia. Es avispado. Está vivo. Es libre. Despliega sus alas y vuela.
ResponderEliminarÉl sabe lo que hace.
Un abrazo.
Sí. Cuando todo está demasiado bien, hay que irse: no del lugar, no del espacio, de la manida idea.
ResponderEliminarRamón, Quisque se marchó la primera vez porque no todos querían vivir como él. Había mucha gente a su alrededor que imponía la rutina. Quisque antes de marcharse tuvo una vida, monótona y distinta. Nada distinto a la de miles de personas.
ResponderEliminarGracias por estar ahí. Si alguna vez Quisque pasa por tu puerta regalale un saludo.
Isabel, siempre atenta. Entre todos estais tejiendo una red para que Quisque se atreva un paso más. Pensó en no coger el avión tras varios días de espera. Pensó en volver cuando descubrió que había emprendido el viaje sin maletas. Pero después dio un paso más, o quizá le empujaron.
ResponderEliminarSalud Isabel.
Quisque se está planteando lo del demasiado bien. Si todo se para, si el sol no calienta, si sabremos que mañana lloverá y siempre llevamos el paraguas; entonces algo no está bien para Quisque. Para su padre sí, aunque habría que preguntarle, pero no para Quisque que se compró un tarro de hormonas en la tienda de los chinos.
ResponderEliminarPor otro lado está de acuerdo, no hay tiempo o lugar, sólo actitud.
Para el Fumador: R'n'R actitud.
Salud Mariajesús
Me encanta Quisque, es adorable, inquieto y listo.
ResponderEliminarTiene fuerza de voluntad y una meta, así que solo me queda decir...Quisque quiero ser tu amiga, y si tienes tiempo algún día hablamos y me enseñas algunos de esos caminos.
Bona nit
Quisque se ha puesto colorado Madison.
ResponderEliminarGracias por tus palabras y las puertas siempre están abiertas para los amigos
salud