domingo, 30 de mayo de 2010

Ronda del Guinardó

No sé por qué, o quizá sí. Porque era un libro de segunda mano, era corto y yo acababa de llegar de Barcelona. Lo vi en la tienda, el precio no lo recuerdo, pero era muy bajo, y me lo llevé a casa. Marsé me llamaba la atención y lo leí. Para qué decir que me gustó, que me enganchó la prosa, el no decir nada y decirlo todo, el pasear por la ciudad como un observador y no como un héroe. Vamos, que la novela me encantó y me reconcilió con la generación de los cincuenta de la que estuve enamorado.

Os dejo una pequeña reflexión del libro en en la pagina de librosylibretas.

sábado, 29 de mayo de 2010

la metamorfosis

Y cuando el funcionario se levantó, se había convertido en un horrible insecto.

jueves, 27 de mayo de 2010

domingo, 23 de mayo de 2010

Inspector de superhéroes

Quisque nos manda esta viñeta que ha sacado de la basura.

viernes, 21 de mayo de 2010

Manuel Vilas y la Generación Nocilla


Hace varias semanas que terminé de leer Aire nuestro, de Manuel Vilas, y me dejó un sabor extraño. Después comencé a redactar una valoración sobre la obra, pero sigo con alguna duda que ahora os lanzo: ¿qué os parece este mundo de la "generación Nocilla" o de los "mutantes"? ¿Creeís que han conseguido lo que se proponían? ¿Han provocado un cambio o, al menos, el debate en el mundo de la literatura?

Sé que son muchas preguntas y controvertidas, pero creo en vuestro buen criterio.

Si alguien desea leer la valoración del libro de Manuel Vilas que pinche aquí
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domingo, 16 de mayo de 2010

Recital poesía, Bullas

Es costumbre en Bullas desde hace tres años realizar un recital de verano con acompañamiento de guitarra española en el mes de agosto. Normalmente dicho recital es realizado en el patio de la casa-museo de don Pepe Marsilla, una antigua mansión ubicada en el centro del pueblo que años atrás había pertenecido a una de las familias más pudientes del lugar y que en la actualidad ha sido cedida al ayuntamiento. El lugar era bastante idílico para realizar el acto, pues se trata de un viejo patio castellano que, iluminado por una tenue luz, creaba un ambiente bastante acogedor. El acto era organizado por miembros de la antigua asociación cultural Zenobia, y varias personas del pueblo se subían al escenario y recitaban poemas, unas veces suyos y otras veces de los grandes poetas. Por desgracia el pasado verano el patio se encontraba en obras para su total restauración por lo que el recital se trasladó al Museo del Vino. Como novedad también fue que los encargados para organizar el acto fue la reciente asociación juvenil Circulo alternativo que mantuvieron la esencia de los antiguos recitales menos el cambio de ubicación por motivos ajenos a ellos.
Este fin de semana he conseguido por fin el video del recital, así que os dejo un extracto del mismo donde se recitan los poemas: Juguete de amor (Manolo Chinato) ; Autorretrato (A. Machado) y Elegía a Ramón Sijé (M. Hernandez).


Espero que disfrutéis del video y os animo a todos a que este verano os acerquéis a Bullas para gozar del recital, como oyentes o como lectores, eso ya es cosa de cada uno.




viernes, 14 de mayo de 2010

Anónimo Veneciano

Miguel Delibes ha visto pasar la vida en el pueblo y dice que nada es igual. Me lo dijo anoche en la barra del polígono mientras nos bebíamos unos anises y adivinábamos fantasías en el humo de nuestros cigarrillos. Miguel miraba al techo como buscando respuestas y después bajaba la cabeza hasta toparse con el borde de su vaso. La vida pesa, decía, como lo hacen los días y los recuerdos. Porque el tiempo es plomo y no oro y poco a poco nos va hundiendo en su miseria. Al oír aquellas palabras recordé mi niñez, los grandes bancales llenos de broza donde ahora sólo hay edificios, el sonido del afilador, aquellas aceras pobladas de zompos y canicas, de gatos asustados y rodillas raspadas y el parque. ¿Dónde está mi parque? ¿Dónde han ido a parar todos los arboles dónde dibujábamos corazones con nuestro nombre? La niñez es aquel estado inalcanzable al que no podemos volver y sólo nos queda el recuerdo, respondió Delibes. Daniel, el Mochuelo, lo descubrió hace tiempo, como también lo descubrí yo en su momento o tú ahora mismo. La vida sigue y un día de estos nos iremos y sólo algunos recordaran nuestros pasos. ¿De quién te acuerdas tú? Al decir esto se puso en pie. Terminó de ponerse su abrigo de cazador y con las manos en los bolsillos se encaminó hacia la puerta. Sólo entonces me di cuenta que Miguel Delibes caminaba como un hombre hundido, un tipo que, como Venecia, se va hundiendo sobre sí mismo. La puerta se cerró y lo imaginé cerrando los ojos, completamente satisfecho y abandonando el mundo como un anónimo veneciano.