El fumador ha recordado aquella vez que le robaron la voz. Ha sucedido mientras Paul Auster hablaba con Nueva York y una estela de humo ha ocultado su rostro. Todo ocurrió hace años cuando en reyes le regalaron una grabadora. Porque el fumador antes quería ser cantante. Sí, cantante. Pero aquello nunca funcionó y la grabadora quedó abandonada en una estantería de casa con todas aquella cosas que el fumador había ido abandonando a lo largo de su vida.
Hace poco, el Fumador volvió a casa de sus padres. Lo hizo después de un largo viaje donde comprendió que a veces hace demasiado frío en la vida. Allí, entre los escombros de su habitación encontró la grabadora, llena de polvo, macilenta. Al principio la miró con ese desprecio con que miramos los sueños frustrados, con la impaciencia de apartar de su vista aquel recuerdo de fracaso. La agarró con fuerza para deshacerse de ella pero antes decidió pulsar el “play”. Mueve tus caderas, la voz de un adolescente Fumador sonaba de aquel artilugio. Mueve tus caderas de Burning. El fumador no pudo evitar sonreír al reconocerse en aquellos albores de la edad viril, cuando las cosas se dejaban caer por su propio peso y nada importaba. Emocionado quiso sacar la cinta para mostrársela a la Fumadora pero al intentarlo algo hizo Crack y la cinta no salió. El fumador pasó varios días intentando abrir la grabadora pero nunca lo consiguió.
La palabras se las lleva el viento, ha pensado el fumador, pero un día yo aprendí a cazarlas.
Hace poco, el Fumador volvió a casa de sus padres. Lo hizo después de un largo viaje donde comprendió que a veces hace demasiado frío en la vida. Allí, entre los escombros de su habitación encontró la grabadora, llena de polvo, macilenta. Al principio la miró con ese desprecio con que miramos los sueños frustrados, con la impaciencia de apartar de su vista aquel recuerdo de fracaso. La agarró con fuerza para deshacerse de ella pero antes decidió pulsar el “play”. Mueve tus caderas, la voz de un adolescente Fumador sonaba de aquel artilugio. Mueve tus caderas de Burning. El fumador no pudo evitar sonreír al reconocerse en aquellos albores de la edad viril, cuando las cosas se dejaban caer por su propio peso y nada importaba. Emocionado quiso sacar la cinta para mostrársela a la Fumadora pero al intentarlo algo hizo Crack y la cinta no salió. El fumador pasó varios días intentando abrir la grabadora pero nunca lo consiguió.
La palabras se las lleva el viento, ha pensado el fumador, pero un día yo aprendí a cazarlas.
El fumador es la pera contando historias y cazando palabras, cómo disfruto tus entradas.
ResponderEliminarBesos.
Muchísimas gracias Mercedes. Al principio el Fumador estaba asustado, amenazado de vida por la ley antitabaco que amenazaba con destruirlo. Tuvo que exiliarse a la mansión de Gatsby pero ya está viendo la luz al final del camino y va a sacar valor para volver a la realidad.
ResponderEliminarEl fumador ha cazado tus palabras, ahora se dispone a guardarlas donde las guarda siempre, al lado del pecho.
Un fuerte abrazo Mercedes, el fumador tiene pendiente de leer "La última vuelta de scaife" dicen que la autora también sabe cazar palabras.
Otro abrazo Mercedes.
Fumador.
Gran entrada del Fumador. Yo creo que todo el mundo tiene recuerdos viejos en casa de sus padres o sus abuelos. "Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver", dice mi tan apreciado Sabina. Pero yo creo que hay que volver a esos sitios, porque siempre se acaba por encontrar algo así: una grabadora, igual que se puede encontrar un cuaderno viejo con anotaciones de joven escritor.
ResponderEliminarSigue así, amigo mío.
Un abrazo.
Jorge Andreu
Fumador, tienes clase. Eres un poeta. Si el miércoles en el exámen te quedas en blanco escríbele este texto, tienes fijo el sobresaliente. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Jorge, muchas gracias por tus palabras. Es verdad, da gusto depués de los años descubir las huellas que has ido dejando durante tu vida. No se, es como dejar constancia de que has existido. No todos tenemos el honor de salir en los libros de historia, por eso, a mi entender, debemos dejar nuestra firma en todo lo que podamos. Nunca sabemos cuando vamos a necesitar recordarnos...
ResponderEliminarSabina es uno de los grandes, pero yo tampoco estoy de acuerdo con eso.
Un fuerte abrazo amigo.
Seguimos hablando.
Fumador.
Muchas gracias Thornton, por tus palabras y por lo de poeta. Aunque ahora mismo siento que mi alma es mas parecida a un Hurón, tanto en lo físico como en lo psíquico...después de este mes de encierro. jeje.
ResponderEliminarHe pensado en llevarme la grabadora y adjuntarla en el examen, a lo mejor me sirve para subir un par de de decimas...jaja.
Si sacara sobresaliente tienes pagada una cerveza.
Un fuerte abrazo amigo.
Fumador.
Este texto es muy, pero que muy hermoso. El regreso a casa de los padres, en busca de calor, la evocación del sueño adolescente que se desvanece al intentar asirlo.
ResponderEliminarFumador, es poco lo que te han dicho por ahi arriba. Las palabras que el viento se lleva tú las apresas y les imprimes un sello inconfundible, un eco de nostalgia que contrasta con la música de Burning. No importan los sueños que se fueron, sino los que nos envuelven en el presente. Ellos son el fruto de todos los sueños incompletos.
Grandísimos ánimos en la recta final y estudia mucho para salir victorioso.
Isabel, agradezco mucho tus palabras. La verdad es que los sueños, sean cumplidos o no, forman parte de nuestra vida y creo que nunca debemos olvidarlos.
ResponderEliminarA veces, no se si te ha pasado, pero cuando sueñas una cosa y luego se cumple parece que no es lo mismo ¿Verdad? la ventaja que tienen los sueños es que todos es perfecto, algo muy distinto a la realidad.
Muchas gracias por tus ánimos, ahora mismo voy a volver a lanzarme a esos apuntes blandiendo boli y victoriosa sonrisa.
Un fuerte abrazo amiga mia.
Fumador
Qué bonito. Es una fábula moral tu cuento. No sé qué es verdad y qué es mentira... todo es verdad porque me reconozco y reconozco la vida ahí, cazada, como las palabras.
ResponderEliminarTienes razón Ramón. De alguna manera todo lo que hay escrito es real, porque todos soñamos, porque aunque los sueños son pura fantasía soñamos con cosas reales, lejanas quizás, pero reales.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, palabras que han sido cazadas.
Abrazos.
Fumador.