...el hecho de que su segundo nombre fuese Ramón resulta, a este respecto, absolutamente aleatorio, y no es más que una mera coincidencia: no he encontrado testimonio alguno, ni siquiera entre sus más allegados, de que existiera en él la más mínima voluntad de utilizar su segundo nombre de pila.
Sin embargo, no estoy del todo de acuerdo con el feliz hallazgo del anagrama entre las nueve letras de su nombre y primer apellido, porque las posibilidades de encontrar otros nombres como resultado del juego gráfico, nos pueden llevar a otros nombres como: Simón Reja o Román Seji o Jise y otros muchos si indagamos en las combinaciones posibles sin alterar el orden de números y letras, como es obvio. Por ello estoy convencido de que Ramón corresponde a su segundo nombre de pila y Sijé es especulativo como las versiones dadas por José María Balcells en Miguel Hernández, corazón desmesurado, (1975), donde escribe que tiene un parecido con Psijé: alma en griego, «una voluntad auroral de afirmación del espíritu». En la tesis de Odón Bentanzos, se afirma también que lo de Sijé, «lo había sacado de la palabra griega que significa alma». Otros escriben Sitjé, con una “t”, que es un error.
Continua un poco más abajo así:
Empezó José Ramón Marín usando el seudónimo Chás el 20 de junio de 1929 en Actualidad para sus artículos político–literario, le trajo ciertos problemas con la segunda colaboración Mi tío Samuel. (Cuento sin Moraleja), con Riegos de Levante y Eléctrica de los Almadenes porque se sintieron aludidos. Después cuando dirigió la revista Voluntad es cuando usó más seudónimos entre ellos, anotados por Muñoz Garrigós: José Oriolano, Rataplán, Lola de Orihuela Sascha, Marcelo de Nola, Babbitt, y Don Pepe 1931. El mismo autor nos dice en la página 45 de su libro ya anotado al principio que “...ni Chás, ni Rataplán, ni Sasch, ni Marcelo de Nola pueden ser fácilmente relacionados ni con su persona ni con sus escritos. La posibilidad de usar tantos seudónimos se debía a que como él dirigía Voluntad, no tenía colaboraciones suficientes. Después de usar tantos seudónimos se ha quedado para la posterioridad con el más coloquial «compañero del alma», que le diera Miguel Hernández en
Los textos, que no son míos, los podéis encontrar en su original aquí: http://www.orihueladigital.es/orihuela/puntos/ramon_fernandez_ramon_sije_240205.htm
Muy interesante aclaración sobre los "apodos" de José R. Marín...
ResponderEliminarTe voy viendo por otras ventanas pero nunca te había visitado paisano...Me quedaré por aquí un ratico...
Besicos.
Hola cabopá, yo también te he visto por casas de amigos comunes. Me alegro que te haya gustado este hallazgo. No sé por qué, en el aniversario de MH a mi me ha dado por seguir a Ramón Sijé.
ResponderEliminarUn abrazo y salud
Perich
Diantre, Perich, me he quedado muy confusa con los motivos de este señor para tanta algarabía de seudónimos. En todo caso, está claro que le gustaba tirar de identidades tras las que se escondía. O bien tras cada seudónimo albergaba una faceta de carácter. A saber...
ResponderEliminarComo tú, creo que el seudónimo más adecuado fue el que lo inmortalizó, el de "compañero del alma".
Lo que estoy aprendiendo últimamente en esta querida casa.
Muaks.
Isabel, esta recopilación de datos de un artículo, que no es mío y que puedes consultar completo en el enlace que indico, me llamó la atención por el uso del Ramón. Yo creía firmemente en el juego de letras, pero al comprobar que Ramón era también su segundo nombre, me cupo la duda: ¿será su único pseudónimo?, y que sorpresa me llevé al ver que no, que había unos cuantos más. Vamos, que no se ocupó en buscar uno original y precioso como el de Ramón Sijé, si no que éste es uno más de la lista.
ResponderEliminarPor cierto, a mi no me gusta más el del compañero del alma, eso es al autor, a mí el que más me gusta es el de Ramón (sonoro y terrenal)Sijé (con un toque de psique). Me parece la combinación perfecta.
Salud y gracias por los piropos.
Perich