Hoy me he despertado con un palpitar de Sijé en el recuerdo. Siempre pensé que los versos de Hernández era una creación sin realidad de fondo. Ese:

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
Siempre me ha conmovido especialmente. Pero después de escuchar la explicación del hermano de Sijé (creo que fue el origen de esta manía), he comenzado a comprender. Perdón por mi ignorancia.
Parece que José Marín y Miguel Hernández habían llegado al acuerdo de que el que quedase vivo de los dos haría con sus propias manos el hoyo que sepultaría el cuerpo de su amigo. Vaya promesas de jóvenes. Pero las circunstancias hicieron que la muerte de Sijé encontrase a Hernández en Madrid. Cuando quiso regresar para el entierro, el cuerpo del amigo ya estaba enterrado. El dolor de las viejas promesas tuvo mucho que ver en estos versos. Si ya eran dolorosos, ahora, con esta explicación, las palabras se clavan como las promesas incumplidas.
Parece que José Marín y Miguel Hernández habían llegado al acuerdo de que el que quedase vivo de los dos haría con sus propias manos el hoyo que sepultaría el cuerpo de su amigo. Vaya promesas de jóvenes. Pero las circunstancias hicieron que la muerte de Sijé encontrase a Hernández en Madrid. Cuando quiso regresar para el entierro, el cuerpo del amigo ya estaba enterrado. El dolor de las viejas promesas tuvo mucho que ver en estos versos. Si ya eran dolorosos, ahora, con esta explicación, las palabras se clavan como las promesas incumplidas.
No conocía esta promesa que hicieron Marín y Hernández, como tú, ahora entiendo la profundidad de este poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué diferencia de lectura, antes y ahora. Mil gracias.
ResponderEliminar¿Quién dice que esto de los blogs es una pérdida de tiempo?
Un abrazo.
Acabas de descubrirme este dato, importantísimo para la cabal comprensión de la elegía.
ResponderEliminarComo dice el maestro Thornton, aquí no se pierde el tiempo, que en esto de los blogs hay de todo y, en algunos, da gusto, Perich.
Besos.
Gracias por el matiz, que se ha convertido en matriz para una nueva lectura de uno de mis poemas favoritos. Gracias, de verdad. Acabo de levantarme y ya me podría acostar. Ya he aprendido suficiente por hoy.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jorge Andreu
era más "interesante" cuando era sólo una metáfora o una brutáfora
ResponderEliminarjeje
Yo tampoco conocía este dato, así que mira estoy feliz de haber pasado a saludarte Perich.
ResponderEliminarUn abrazo
Mercedes, gracias por tu visita. Me alegro de haber escuchado esto por casualidad. Son días en los que salen muchas noticias, a saber si son ciertas.
ResponderEliminarSalud
Thornton, un placer. Sí, yo también la concepción del poema y la verdad, no perdí una metáfora, gane dos poemas distintos.
ResponderEliminarSalud
Gracias Isabel. Los blogs tienen muchas cosas buenas. También la radio donde escuché la noticia. Y la tele. E incluso un bar donde voy a tomar el café y ese club, ¿cómo se llamaba?
ResponderEliminarTodo lo que sea pasar información es un lujo. Somos meros transmisores.
Un abrazo y especialmente, mucha salud
Jorge, ya te puedes acostar, que mañana es noche de difuntos y hay que disfrutar. Si te ha servido de algo la anécdota me alegro mucho, yo leí al menos diez veces el poema desde que escuche este dato.
ResponderEliminarsalud
Lo siento Rafa, pero siempre puedes pensar que esta explicación era mentira. Los chismes dicen que se sentía mal porque se habían distanciado desde que estaba en Madrid, otros dicen que hubo un enfrentamiento ideológico y que la elegía era porque se sentía demasiado mal. Por historias no va a faltar, yo destaqué esta que me gustó.
ResponderEliminarMe quedo con la brutáfora, a mi también me encantaba.
Salud
Madison, encantado me deja tu visita. Hacia tanto que había desaparecido del mundo blog que no esperaba visitas. Veo que la memoria se mantiene. Un abrazo y gracias por pasar y por leer.
ResponderEliminarSalud