domingo, 31 de octubre de 2010

Los pseudónimos de Ramón Sijé



Entre los muchos seudónimos que usara José Ramón Marín, el más famoso es el de Ramón Sijé, un anagrama entre las nueve letras de su nombre y primer apellido José Marín / Ramón Sijé (lo vemos en la imagen). Pero según la docta opinión de José Muñoz Garrigós, en su libro Vida y Obra de Ramón Sijé, Universidad de Murcia/Caja Rural Central de Orihuela,1987, con prólogo de Jesús Manuel Alda Tesán, escribió en la página 25:

...el hecho de que su segundo nombre fuese Ramón resulta, a este respecto, absolutamente aleatorio, y no es más que una mera coincidencia: no he encontrado testimonio alguno, ni siquiera entre sus más allegados, de que existiera en él la más mínima voluntad de utilizar su segundo nombre de pila.


Sin embargo, no estoy del todo de acuerdo con el feliz hallazgo del anagrama entre las nueve letras de su nombre y primer apellido, porque las posibilidades de encontrar otros nombres como resultado del juego gráfico, nos pueden llevar a otros nombres como: Simón Reja o Román Seji o Jise y otros muchos si indagamos en las combinaciones posibles sin alterar el orden de números y letras, como es obvio. Por ello estoy convencido de que Ramón corresponde a su segundo nombre de pila y Sijé es especulativo como las versiones dadas por José María Balcells en Miguel Hernández, corazón desmesurado, (1975), donde escribe que tiene un parecido con Psijé: alma en griego, «una voluntad auroral de afirmación del espíritu». En la tesis de Odón Bentanzos, se afirma también que lo de Sijé, «lo había sacado de la palabra griega que significa alma». Otros escriben Sitjé, con una “t”, que es un error.


Continua un poco más abajo así:


Empezó José Ramón Marín usando el seudónimo Chás el 20 de junio de 1929 en Actualidad para sus artículos político–literario, le trajo ciertos problemas con la segunda colaboración Mi tío Samuel. (Cuento sin Moraleja), con Riegos de Levante y Eléctrica de los Almadenes porque se sintieron aludidos. Después cuando dirigió la revista Voluntad es cuando usó más seudónimos entre ellos, anotados por Muñoz Garrigós: José Oriolano, Rataplán, Lola de Orihuela Sascha, Marcelo de Nola, Babbitt, y Don Pepe 1931. El mismo autor nos dice en la página 45 de su libro ya anotado al principio que “...ni Chás, ni Rataplán, ni Sasch, ni Marcelo de Nola pueden ser fácilmente relacionados ni con su persona ni con sus escritos. La posibilidad de usar tantos seudónimos se debía a que como él dirigía Voluntad, no tenía colaboraciones suficientes. Después de usar tantos seudónimos se ha quedado para la posterioridad con el más coloquial «compañero del alma», que le diera Miguel Hernández en la Elegía, poema 29 en El rayo que no cesa.



Los textos, que no son míos, los podéis encontrar en su original aquí: http://www.orihueladigital.es/orihuela/puntos/ramon_fernandez_ramon_sije_240205.htm


viernes, 29 de octubre de 2010

Cosas de amigos: Ramón Sijé y su noble calavera

Hoy me he despertado con un palpitar de Sijé en el recuerdo. Siempre pensé que los versos de Hernández era una creación sin realidad de fondo. Ese:



Quiero escarbar la tierra con los dientes,

quiero apartar la tierra parte

a parte a dentelladas secas y calientes.


Quiero minar la tierra hasta encontrarte

y besarte la noble calavera


y desamordazarte y regresarte




Siempre me ha conmovido especialmente. Pero después de escuchar la explicación del hermano de Sijé (creo que fue el origen de esta manía), he comenzado a comprender. Perdón por mi ignorancia.
Parece que José Marín y Miguel Hernández habían llegado al acuerdo de que el que quedase vivo de los dos haría con sus propias manos el hoyo que sepultaría el cuerpo de su amigo. Vaya promesas de jóvenes. Pero las circunstancias hicieron que la muerte de Sijé encontrase a Hernández en Madrid. Cuando quiso regresar para el entierro, el cuerpo del amigo ya estaba enterrado. El dolor de las viejas promesas tuvo mucho que ver en estos versos. Si ya eran dolorosos, ahora, con esta explicación, las palabras se clavan como las promesas incumplidas.

martes, 26 de octubre de 2010

La balada de Tolito

Hoy me he sentado sobre la nostalgia y, sin saber bien el motivo, se me han mezclado los amigos. Las noches de cervezas, las conversaciones que me invento y el tiempo que hace me han llevado a Tolito y en él he visto al Fumador, al Potro de la Venta del Pino y, en algún momento, ha aparecido Quisque. Personajes y más personajes. Creo que esta palabra ya me trajo todos los desaires de la “amistad”, pero me gusta.



Os dejo esta canción y estas palabras. Ninguna de ellas es mía. La canción es de Sabina y las palabras, del diccionario.