También yo me hubiera quedado contemplando ese paisaje, qué duda cabe y, si esa lluvia al amanecer es con viaje a París incluido, mejor que mejor. (En ocasiones, los viajes mentales son los mejores). Besos, Fumador.
Isabel, hay mañanas en las que al despertar es mucho mejor dejarse llevar por la imaginación. Es un despertar dulce, sin sueño y con una gran sonrisa en la boca. Y si es con Monet mucho mejor, jeje. Un beso grande amiga. Fumador
Madison, me alegra mucho de que compartamos el gusto por este "Impresión, amanecer" es un cuadro para perderte en él, dejarse llevar por sus matices e idealizar todos los amaneceres. Un abrazo fuerte. Fumador
Esta mañana he decido no ir a clase. 
También yo me hubiera quedado contemplando ese paisaje, qué duda cabe y, si esa lluvia al amanecer es con viaje a París incluido, mejor que mejor. (En ocasiones, los viajes mentales son los mejores).
ResponderEliminarBesos, Fumador.
Me has matado Fumador con ese cuadro, desde que leí la anécdota del crítico de arte quedó en mi memoria y pasó a forma parte de mis preferidos.
ResponderEliminarIsabel, hay mañanas en las que al despertar es mucho mejor dejarse llevar por la imaginación. Es un despertar dulce, sin sueño y con una gran sonrisa en la boca. Y si es con Monet mucho mejor, jeje.
ResponderEliminarUn beso grande amiga.
Fumador
Madison, me alegra mucho de que compartamos el gusto por este "Impresión, amanecer" es un cuadro para perderte en él, dejarse llevar por sus matices e idealizar todos los amaneceres.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Fumador
No te engañes, ni la lluvia ni Monet, no vas a clase por la chica.
ResponderEliminarUn abrazo.
P.S. "Amanecer" es también el título de mi próxima entrada. Espero que no me acuses de plagio.
Pues vas a tener un poco de razón amigo Thornton, esa chica...jeje.
ResponderEliminarNada de plagio, para mi todo un placer compartir título con el presidente de tan honorable club.
Un abrazo y un brindis por Berlanga.
Fumador
Antonio, yo te apoyo en lo que tu decidas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Y como dice Thorntón, la chica, la chica…