Yo, Valeriano Retuerto, visitante de Barcelona durante el mes de febrero del año 2010
MANIFIESTO QUE
Habiendo dirigido mis pasos a la ciudad del Modernismo, a la ciudad de la luz mediterránea y a la capital de Cataluña, he encontrado otra ciudad.
El Modernismo existe en la ciudad, pero disperso, confuso, mezclado con barrios, casas bajas, zonas industriales y puertos de mar. El Modernismo estaba allí como sembrado en mala tierra, con espigas separadas por las piedras. Yo fui buscando una ciudad modernista y descubrí pinceladas en una ciudad demasiado grande.
La luz del Mediterráneo. Ese sol incombustible que aparece todos los días para hacer brillar las escamas de los dragones no estaba. Era otro el sol, uno pequeño y gris, detrás de las nubes y la lluvia. Varios días creí verlo y se marchó riendo.
Cataluña. ¿Es Barcelona representativa de Calatuña?
Por esto mismo,
SOLICITO
Que las ciudades sean como las quiere el viajero: una para cada uno, con sus juicios y sus prejuicios.
Que cuando monten las ciudades por las mañanas, pregunten qué quiere el visitante ver.
Que hagan “pueblos españoles” en todos los países.
Que no se olviden de encender el sol.
Que construyan rompenubes, para ver el estallido del agua así en el cielo como en el mar.
Que instalen toldos transparentes para evitar que la lluvia llegue al suelo.
Que me devuelvan mi sueño.
Que no me quiten la nueva ciudad que he descubierto.
A/a de quien corresponda, al concejal de nubes e inclemencias climatológicas, al concejal de urbanismo y celestismo, al documentalista y a vosotros, hermanos.
CULTURAJOS:
ResponderEliminarSin desmerecer las anteriores entradas, ésta es la que másme ha gustado (hasta el momento).
Salu2
Muy buena sin duda, yo también voto por que cada viajero tenga su ciudad, de todos modos en Barcelona hay mucho que ver, igual no fue el momento adecuado, y si no, simpre puedes regresar a la zona sureña que aquí ya luce el sol y hay buena comida...
ResponderEliminarun abrazo
Pues no te entiendo muy bien, no sé exactamente por dónde vas. Y te digo, yo puedo entender cualquier cosa que esté bien explicada. Así que algo te habrás guardado. He leído los comentarios anteriores y tampoco me han aclarado nada.
ResponderEliminarY perdona, eh.
Ya me dirás.
Un abrazo.
Perich, sublime.
ResponderEliminarUna instancia sembrada de frases bellísimas.
Una instancia que esconde la eterna decepción humana: cuando los deseos se cumplen en la realidad, resulta que la realidad no era tan apetecible como la habían imaginado nuestros deseos.
Me encantó.
Dyhego, me colmas de felicidad y angustia. No sé el motivo por el que te ha gustado, pero gracias. Por cierto, qué bonitos son los colores, cada uno termina encontrando el suyo. Y qué bonita la búsqueda.
ResponderEliminarSalud
Perich
Gracias Suso. Sí, cada uno tiene su ciudad. Debe de haber al menos tres millones de Barcelonas distintas y que bellas son todas. Yo encontré muchas y, sorprendentemente, ninguna era la que buscaba. Viajar. Placer al por mayor.
ResponderEliminarYa estoy en el sur. He pasado de viajero a habitante. Las cosas cambian.
Salud.
Perich
Mercedes, me llena de tristeza el que no haya sabido transmitirte lo que quería decir, pero da igual. Esa Barcelona no era la que me esperaba. Pero no se lo digas a nadie, la que me encontré era mejor.
ResponderEliminarUn abrazo. Hay palabras que son solo palabras.
Perich
Isabel, tú que entiendes de todo esto. ¿Cómo podría mandarle una carta al azar? Una vez me dijo el fumador que había que meterla en una alcantarilla. ¿Tú qué opinas?
ResponderEliminarMe alegra que se lea el todo y las partes.
Salud.
Perich
Jo, Perich... Creo que el azar no tiene paradero estable.
ResponderEliminarLa opción del Fumador no es mala. A las alcantarillas van todos nuestros deshechos, hasta los que ignoramos, esos que el azar nos remitió y no aprovechamos porque no supimos mirarlos de frente.
Por si te sirve de algo, yo no le mando cartas, pero le rezo a todas horas, para que sea bueno conmigo y no me mande al lugar de las tinieblas.
Besos, querido amigo.
Me gusta como defines la ciudad de Barcelona, es curioso, nunca la había visto así.
ResponderEliminarDesde ahora la miraré de otra forma
Un abrazo Culturajos
Isabel, no me refería a la alcantarilla del olvido si no a esa red que comunica el mundo subterráneo, puede que sea la puerta de algún averno.
ResponderEliminarLos rezos los dejaré para otro día, yo quiero la vía administrativa. ¡Qué iluso soy! Tengo más fe que los religiosos.
Salud
perich
Madison, tú también formas parte de esa Barcelona que no está en los documentales. Cuando paseaba por el Palacio Real de Pedralbes me acordé de ti. Puse un círculo de geranios alrededor de la fuente de la entrada. Cuando vayas por allí verás que los viajeros cambian la realidad de las ciudades.
ResponderEliminarSalud y gracias por la visita. Estaba un poco preocupado
Eres genial, que lo sepas.
ResponderEliminarGuardo un grato recuerdo de unas palabras compartidas un domingo por la mañana.
Cada vez que veo geranios me acuerdo de ti.
Un abrazo
PD. La preocupación, al leerte veo que ha sido mutua
Perich, te ha gustado Barcelona. Es una ciudad bellísima y siento no estar de acuerdo, el Modernismo está por todas partes.
ResponderEliminarLo que solicitas no se lo pidas al concejal de urbanismo, no te entenderá. Esos no leen poesía.
Un abrazo.
Las grandes ciudades son las de la literatura: los otros son meros escenarios para la vida. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarThornton, quizá en tu Barcelona sí esté en todas partes el modernismo, pero yo no he estado en esa ciudad. En la mia había zonas anteriores y posteriores tan marcadas que te hacían, gratamente, olvidar ese movimiento.
ResponderEliminarEn cuanto a la solicitud estoy de acuerdo contigo, no se lo pido al de urbanismo si no al de "urbanismo y celestismo" que debe de ser otro. El que se ocupe de la ciudad y del cielo. Me encantaría que éste si supiese soñar.
De cualquier modo Barcelona bien vale una vida (para vivirla allí)
Salud concejal del lirismo alcohólico.
Ramón, llevas razón, pero no termino de creerte. Tú sabes que en tu ciudad no hay meros espacios para la vida, al menos no para ti, no quiero creerlo. Aquella plaza con restos de guerra, el club de la pipa o los barrios que el dios de la lluvia no nos dejó ver serán espacios para la vida de algunos, para los que no saben ver más allá, para los que se levantan todos los días cansados. Tú ciudad, la mía, la de Thornton, la de Madison seguro que tiene algo más que paisajes urbanos.
ResponderEliminarSí, también es verdad que las grandes ciudades están en la literatura, pero esa literatura está en la cabeza del lector y todos, de algún modo, somos creadores de pequeñas ciudades invisibles.
Salud Ramón
Las ciudades, las que nos gustan, son sólo un pedacito de la ciudad. Y solamente en nuestra imaginación -en nuestro fanatismo- se extiende por toda la metrópoli que queremos.
ResponderEliminarBlanco, nuestra memoria, incluso de lo que no hemos visto está repleta de huecos y rellena de invenciones. Creo que al final nuestros recuerdos son inventados.
ResponderEliminarTe diré que a mi abuelo no le gusta contar historias de su vida junto a mi abuela porque parece que no han vivido la misma historia. Los dos sienten que les han robado sus recuerdos.
Salud