viernes, 30 de abril de 2010
El poder de las palabras
martes, 27 de abril de 2010
Instantes de vagancia
Os dejo con el video de La Habanera. La hamaca y el geranio también.
Fumador.
lunes, 26 de abril de 2010
cosas de genios y ya
Entre las carpetas también encontré el artículo que Yao y sus alumnos de la universidad de Pekín habían publicado en la principal revista asiática de matemáticas. El artículo era posterior al de Grigori y se centraba en dar explicación a algunas de las presupuestos que no quedaban claros según los asiáticos en el texto de Grigori. Aquel artículo les valió la mención de honor en varios premios matemáticos como aportaciones a la argumentación sobre la conjetura de Poincare. Grigori se sintió ofendido ante tal dislate y recurrió a la universidad para reclamar la ilegitimidad de aquella publicación. Para evitar un enfrentamiento entre universidades, el decano de la facultad de matemáticas solicitó una revisión de la publicación y solicitó el reconocimiento de la originalidad del artículo para Grigori. Ante la primera negativa de la revista, en la que Yao era director, el decano se dedicó a excusarse y solicitar una revisión de la autoría durante dos cartas. A la tercera, decidió dejar estar el problema. Grigori vino aquí, a este mismo despacho, totalmente decidido a renunciar a su puesto de profesor si no se reconocía la autoría de las ideas utilizadas por Yao y sus alumnos. Intenté convencerle de que era un problema más profundo, que supondría un conflicto demasiado importante. Él se levantó de la silla enfadado y se marchó. Ya no le volvimos a ver por la universidad. De esto hace ya cuatro años.
La noticia de que los trabajos de Grigori habían sido reconocidos con el mayor premio de matemáticas que se había dado en la historia: un millón de dólares, nos dejó a todos un extraño sabor de boca. Quizá llegaba demasiado tarde. En el acta en la que se otorgaba el premio a Grigori se explicaban los motivos y en una frase final se reconocía también los importantes trabajos que sobre la obra había publicado Yao. Dos días después se hacía pública la noticia de que Grigori estaba desaparecido y no se le había comunicado aún el premio. Yo no daba crédito. Él seguía viviendo en casa de su madre, una anciana de ochenta años, en el mismo lugar donde había pasado toda su vida. Cuando Grigori se enteró del premio, volvió, tras cuatro años a este despacho y me preguntó: ¿qué debo hacer? Yo no le respondí y me dijo que necesitaba pensarlo.
Grigori había renunciado a las matemáticas. Vivía en un mundo irreal. Solo se preocupaba del estado de salud de su madre y de cobrar la pensión de doscientos cincuenta euros con la que vivían los dos. Prácticamente arruinado, aun era capaz de plantearse la posibilidad de renunciar al premio, como ya lo había hecho en otras ocasiones. Yo no podía comprender a Grigori y por eso, esta mañana, cuando lo vi en el metro le pregunté: ¿por qué? Aun estoy esperando una respuesta.
miércoles, 21 de abril de 2010
Quisque nos manda un dibujo
domingo, 18 de abril de 2010
Cosas de genios III
Las clases se habían suspendido por el atentado en el metro. La línea que llegaba a la universidad había sido objetivo de un ataque terrorista, según decían los medios de comunicación; pero los profesores teníamos la obligación de llegar por nuestros propios medios. En la universidad no existe ese terrorismo tan burdo, aquí las cosas son más sutiles. Busqué entre los papeles los artículos de Grigori. Tenía un modo de ver la matemática, ingenioso y original. Difícil de comprender, eso sí. Aún recuerdo cuando se negó al premio Tileau argumentando que los miembros del jurado, a los que conocía personalmente, no estaban capacitados para comprender las formulaciones con las que explicaba el problema propuesto para su resolución. Su cara salió en los periódicos y fue acusado públicamente de prepotente, pero Grigori mantuvo su postura y se negó al premio cifrado en trescientos mil dólares. Él era así, un genio incomprendido.
sábado, 17 de abril de 2010
en libros y libretas
jueves, 15 de abril de 2010
Encuesta para un título de libro
- 200 gramos de literatura escurrida
- Manténgase en lugar limpio
-200 gramos de literatura peso neto
-Consérvese en lugar seco
En pocos meses en las mejores librerias de España...
miércoles, 14 de abril de 2010
Cosas de genios II
domingo, 11 de abril de 2010
Cosas de genios
Encontré a Grigori en la línea verde del metro. Aún se olía a cadáver en los andenes y yo llegaba tarde al despacho. ¿Por qué?, le dije mirando su barba larga y sucia. Hay preguntas complejas para las que una mente ordinaria no tendría respuestas, pero él sabía perfectamente que esa pregunta no tenía una respuesta sencilla. Ellos no respetan mi trabajo. ¿Y qué más da? Un millón de dólares es mucho dinero. Entonces Grigori sacó del bolsillo cinco monedas: aquí tengo un bocadillo de salami, una libreta y cerveza. No necesito nada más. La próxima estación es la mía, le dije. Yo seguiré hasta el final del trayecto, necesito pensar. Me marché al despacho con la misma duda: ¿por qué?
viernes, 9 de abril de 2010
hablando de nono garcia
Hace unos días escuchaba a un filósofo decir esto: “de la caja, nosotros sólo conocemos su parte apolínea, su parte exterior; pero la caja lo es por el vacío que encierra, por el espacio hueco que queda en ella”. Comenté este pensamiento con Juana y me dijo que para ella la caja era preciosa por el misterio que ocultaba más que por el vacío en si mismo. Ladrón de palabras, que al fin en eso es en lo que me he convertido, decidí apropiarme de ambas expresiones.
Mi primera visión de la obra de Nono era la que se contiene en la caja de Juana. Las obras ocres de paisajes, de rincones íntimos me imponían el misterio, el suceso no expresado en ese entorno. Cualquier observador de la obra puede convertirse en niño y buscar un lugar para esconderse. Cualquiera puede aparcar su bicicleta y espiar detrás de las cancelas de hierro los misterios que esconden esas casas, convertidas ahora en cajas que solo nos muestran su parte exterior. Los paisajes de Nono son más por lo que callan que por lo muestran. Los paisajes de Nono guardan historia y misterios a partes iguales.
Fue más tarde cuando conocí los vasos de Nono. Gran parte de culpa de que yo esté ahora aquí la tiene Ramón González, él fue el puente de unión hacia esas obras. Bien. Los vasos son la paradoja. El filósofo nos decía que la caja es el vacío que encierra, pero todos imaginamos una caja sólida, de paredes duras y opacas, no una caja transparente. Porque, ¿cómo sujetar el vacío en un lienzo cuando la caja es transparente? Parece que Nono ha encontrado el modo en sus bodegones de cristal. Con solo unos trazos parece contener todo el vacío que se derrama del lienzo en blanco. Lo sujeta y lo introduce en objetos que nos devuelven la serenidad. Mirar un vaso es mirar el vacío contenido sin miedo, sin misterio. Con la única duda de cómo sujetar el vacío con un pincel, con un trazo ocre, azul o, lo que es mejor, con la ausencia del trazo, es con la que me quedo siempre que estoy ante uno de sus cuadros.
La imagen pertenece a uno de los cuadros que Nono García presentará en la exposición de Molina de Segura a partir del día 12 de abril. Si podeis pasar, tendreis el lujo de conocer a un gran artista.
miércoles, 7 de abril de 2010
Acompañando al pintor
Mañana jueves tendré el enorme placer de acompañar a Nono García en la presentación de un libro con parte de su obra pictórica. En su pueblo natal, Mula, hará la presentación y me deja estar a su lado en la mesa. Seré el "artista invitado". Con la de conciertos que he visto yo con artistas invitados y la envidia que me daban. Pues ahora me toca. En el libro aparecen dos textos: uno de Luis Leante y otro mío. Eso necestiba decirlo. Parecía que me iban a cortar los pantalones de nuevo, como cuando era un niño. Cuando me lo dijo pensé que volvía a tener la ilusión de los cinco años.
Ahora os enlazo su blog donde habrá más información.
http://nonogarcia.blogspot.com/2010/04/libro.html