¡Oh loado carnicero! Que en buena hora blandió cuchillo y dio muerte a treinta pavos en el día de pascua. Observas los desvencijados brazos y aquel cuerpo marchito que en su día ensartaba las carnes de Manuela, la frutera de orondas manzanas, en aquel camastro que nunca conoció el frío. ¿Qué ven tus ojos? ¿Es quizás el ocaso de tu juventud o simplemente la muerte que acude en tu busca? Recuerdas tus ropajes manchados de tibia sangre, aquel riachuelo rojo que desprendían tus victimas y era colmo de tu dicha. Loado carnicero ahora el tiempo se vuelve en tu contra y ves aquel torrente aproximarse a ti en un baile de sombras. No pienses sanguinario carnicero, ahora el cuchillo lo blande otro. Ya sólo te queda esperar. Tic tac tic tac.
El texto pertenece a un ejercicio literario en el que había que mezclar el estilo de la "Iliada"de Homero con el cuento de Cortázar "Instrucciones para dar cuerda al reloj"
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