viernes, 18 de septiembre de 2009

Dientes de dragón

Quisque ha encontrado una nueva tienda en el barrio: otro supermercado regentado por chinos y que recuerda a un pequeño bazar. Ha entrado a comprar una libreta para lenguaje musical y, sorprendentemente, era el único producto que no tenían a la venta. Ha caminado por entre las estanterías y, mezclado con otras fruslerías “made in Taiwán”, ha visto un nuevo producto: dientes de dragón. A Quisque le suenan a mitología, a medicina tradicional china y al descubrimiento del hombre de Pekín (Sinanthropus Pekinensis). Los revisa uno a uno y reconoce molares humanos, incluso algún colmillo afectado por la caries. No parecen muy antiguos, así que aquí no hay hallazgo paleoantropológico. De cualquier modo se lleva tres dientes de dragón y el dependiente, con sonrisa asiática, le felicita por la compra: “mucha suelte, mucha suelte, chinco ehlos”. Quisque deja el billete sobre la mesa y se marcha. Al entrar en casa los tira con la basura orgánica. Cada vez son más originales estas mafias para hacer desaparecer a sus compatriotas.

3 comentarios:

  1. Jajajaja, qué divertido. Y qué inquietante.

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  2. Qué grata sorpresa Rubén, no te sabía tan veloz en la red.
    Me alegra que te haya gustado, Quisque está luchando por nacer y se va dejando caer por el blog de vez en cuando.
    Un saludo y espero verte por aquí más veces

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  3. Quisque se encontró un día un diente en una cala de Cabo Sunyon, junto al templo de Poseidón. Debía ser el de un aqueo, antes de salir de camino a Troya.

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