jueves, 17 de septiembre de 2009

¡Maldito Septiembre!

La lluvia ha llegado con este final de verano, con septiembre agonizante y bucólico y como hago siempre en estas fechas salgo a pasear para empaparme de lluvia. Nunca me he sentido más vivo que cuando siento la lluvia devorar mi cuerpo y deformar mi ropa. Enciendo un cigarro y sonrío ¿qué ironía verdad? Sentirme vivo mientras dosifico muerte a mi cuerpo, siempre me gustaron las contradicciones. Veo a una mujer que pasea arropada bajo un paraguas, una dama de generosos atributos y vestido rojo y vuelvo a rendirme ante la contradicción: gris de lluvia, rojo de vestido y locura, locura momentánea que me hace transportarme a la Italia del siglo XIX donde me veo paseando por aquellas calles pictóricas mientras una dama llamada Julia Reis me espera en la terraza de algún café fumando un cigarrillo. Sigo paseando, recibiendo lluvia hasta que encuentro en una esquina un osito de peluche sucio y desecho con aquellos ojos negros derrumbados en el olvido y me pregunto por mi niñez, por mis sueños y me doy cuenta de que la vida está llena de mierda y me acuerdo de Bob Dylan. Cojo el peluche y sigo caminando, fumando bajo la lluvia, mientras en mi cabeza comienzan los ecos de un viejo tango y de una ciudad sumida en la lluvia. ¡Maldito seas Septiembre, pero que bien me sientan tus calles!

2 comentarios:

  1. Ultimamente nos obsesionamos con pasear. ¿Será la mejor manera de reflexionar? Pasear bajo la lluvia y con el vestido rojo pegado al cuerpo. Vaya imagen

    Un amigo

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  2. Muchas gracias anónimo amigo mio, agradezco tu comentario. La verdad es que últimamente todos paseamos, nos gusta mucho pasear y dejar la mente en blanco o pensar en algo e imaginarnos mundos, es una forma bastante gratuita de ser feliz y ya puestos de darse un buen baño... jeje.
    Muchas gracias por leernos.

    Un abrazo

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