Quisque se levanta todas las mañanas a las siete, incluso los domingos. Se levanta, entra en el baño a orinar y después se pesa. Es un modo de comprobar que su cuerpo existe, que sigue siendo atraído por la Tierra. No le importaría hacer la comprobación mediante un salto mortal pero a esas horas no se encuentra de humor. Además, ¿qué haría si se quedase flotando en el aire? Después de comprobar que los dígitos de la báscula no llegan a ser tres, se viste satisfecho, comprueba que el cinturón le sigue llegando hasta el mismo agujero, que la camisa no le roza y que los zapatos le entran perfectamente. Hecha la comprobación matinal de que nada ha cambiado durante la noche, Quisque entra en la cocina y se prepara el desayuno. Leche con mucho cacao y tres opciones de acompañamiento: tostadas con mantequilla y mermelada, tostadas con aceite y sal o cereales. Se asoma a la ventana y comprueba que hace sol. Ésa es la señal de que va a comenzar un buen día. Desayuna leche con opción dulce. La opción salada queda para los días grises y la fibra cereal para los días lluviosos o de niebla. Pone la televisión para comprobar que la vida le sigue doliendo. Son las mismas noticias de ayer. Piensa en Borges y acepta que no hay tantos hechos importantes como para hacer tres noticiarios al día. Las temperaturas se mantienen, la economía sufre una leve mejoría, no habrá cambios en la selección de fútbol y tres muertos más a la lista. Se molesta y apaga la televisión. Coge la chaqueta y sale de casa. Al llegar a su coche, Quisque llama al cristal de la puerta delantera: Jorge, necesito el coche para ir a la oficina. Jorge es un mendigo que duerme todos los días en el coche de Quisque. Se baja y coge las llaves del piso. A solas, mientras Quisque permanece en la redacción del periódico, Jorge escribe los artículos de opinión y las críticas literarias en el portátil, en una carpeta que llama Black’s Works. A las tres de la tarde, cuando Quisque llega a casa, Jorge se pone los guantes raídos y la gabardina. Coge el cartón y la taza de cinz y se marcha a la puerta de unos grandes almacenes. Al caer la noche Jorge regresa al coche, Quisque manda los trabajos a los periódicos por correo electrónico. ¿De dónde saca las ideas para tantos artículos y el tiempo para las críticas literarias? A veces le preguntan en la redacción, y él con una sonrisa les responde que cada uno tiene sus fuentes.
Creo que todos necesitamos confirmar nuestra realidad al levantarnos.
Yo me levanto y, a oscuras, acudo al baño para no despertar a mi mujer. Me miro al espejo y veo que mi panza no se ha esfumado por la noche (que ya podría), me ducho, me visto también en el baño, voy a la cocina y me bebo un par de tragos de zumo directamente del tetrabrick… Antes de irme vuelvo a entrar a la habitación con la excusa de coger algo, hago algún ruidito que remueve a mi mujer (a veces me paso y la despierto), ya me puedo ir tranquilo a trabajar.
Felicidades por este block, seguid así.
PD. Mi comentario en el relato “Quiero dejar el trabajo: primer intento.” No es una experiencia personal, es simplemente como me hubiese gustado que acabara el relato.
Gracias Excalibur por el comentario y por las visitas y por tu amistad. En estas fechas uno sabe que es verdad por el dolor de almendras o de vendimia. Quisque tiene suerte al tener que pesarse. Sobre el otro comentario sólo puedo decirte que dejaré al Perita que conteste.
Hola Excalibur, vuelvo a agradecerte tus visitas a este blog y tus aportaciones. Te comento sobre "Quiero dejar mi trabajo, primer intento" no se trata de un relato si no de un hecho real y algo que no está terminado, por eso puse en el título "Primer intento" ya que conforme sucedan las cosas las iré narrando en el blog. Ahora mismo estoy en el trabajo y deseo que me pillen navegando en internet ¿Es quizás esto mi segundo intento? no se.... Muchas gracias por todo.
Creo que todos necesitamos confirmar nuestra realidad al levantarnos.
ResponderEliminarYo me levanto y, a oscuras, acudo al baño para no despertar a mi mujer. Me miro al espejo y veo que mi panza no se ha esfumado por la noche (que ya podría), me ducho, me visto también en el baño, voy a la cocina y me bebo un par de tragos de zumo directamente del tetrabrick… Antes de irme vuelvo a entrar a la habitación con la excusa de coger algo, hago algún ruidito que remueve a mi mujer (a veces me paso y la despierto), ya me puedo ir tranquilo a trabajar.
Felicidades por este block, seguid así.
PD. Mi comentario en el relato “Quiero dejar el trabajo: primer intento.” No es una experiencia personal, es simplemente como me hubiese gustado que acabara el relato.
Excalibur23
Gracias Excalibur por el comentario y por las visitas y por tu amistad. En estas fechas uno sabe que es verdad por el dolor de almendras o de vendimia. Quisque tiene suerte al tener que pesarse.
ResponderEliminarSobre el otro comentario sólo puedo decirte que dejaré al Perita que conteste.
Un abrazo y gracias por estar ahí.
Hola Excalibur, vuelvo a agradecerte tus visitas a este blog y tus aportaciones. Te comento sobre "Quiero dejar mi trabajo, primer intento" no se trata de un relato si no de un hecho real y algo que no está terminado, por eso puse en el título "Primer intento" ya que conforme sucedan las cosas las iré narrando en el blog. Ahora mismo estoy en el trabajo y deseo que me pillen navegando en internet ¿Es quizás esto mi segundo intento? no se....
ResponderEliminarMuchas gracias por todo.
Un abrazo.