El avión que traslada a Quisque debe estar sobrevolando el Mediterráneo. Las turbulencias se han calmado y pasan los auxiliares de vuelo con los carritos. Ofrecen números para una lotería que nadie comprende. Quisque vuelve a contemplar las nubes por la ventana. VLM disimula la lectura para no mirar el objeto rodante. Se sube las gafas de pasta oscura mientras un bote de Nocilla rueda por el pasillo. VLM sólo quiere leer, estar tranquilo. Quisque vuelve su mirada al interior del avión. Sin parpadear, observa a su acompañante, su vecino de asiento, alucinado. El bote de crema de cacao estaba mutando en un bote de Nutella. VLM le devuelve la mirada a Quisque y dice: “Debemos haber entrado en Italia”
miércoles, 16 de diciembre de 2009
Quisque tiene una nocilla experience
Quisque tiene hambre. Le apetece algo dulce y en la boca le aparecen restos de la Nocilla de su infancia. Se relame. Nocilla. Quisque no quería Tulicrem ni Dulcicao. No. En aquella infancia, cada bocadillo era una fiesta, pero con el tiempo se fue convirtiendo en una obligación. Demasiada Nocilla. Pero la memoria juega malas pasadas.
El avión que traslada a Quisque debe estar sobrevolando el Mediterráneo. Las turbulencias se han calmado y pasan los auxiliares de vuelo con los carritos. Ofrecen números para una lotería que nadie comprende. Quisque vuelve a contemplar las nubes por la ventana. VLM disimula la lectura para no mirar el objeto rodante. Se sube las gafas de pasta oscura mientras un bote de Nocilla rueda por el pasillo. VLM sólo quiere leer, estar tranquilo. Quisque vuelve su mirada al interior del avión. Sin parpadear, observa a su acompañante, su vecino de asiento, alucinado. El bote de crema de cacao estaba mutando en un bote de Nutella. VLM le devuelve la mirada a Quisque y dice: “Debemos haber entrado en Italia”
El avión que traslada a Quisque debe estar sobrevolando el Mediterráneo. Las turbulencias se han calmado y pasan los auxiliares de vuelo con los carritos. Ofrecen números para una lotería que nadie comprende. Quisque vuelve a contemplar las nubes por la ventana. VLM disimula la lectura para no mirar el objeto rodante. Se sube las gafas de pasta oscura mientras un bote de Nocilla rueda por el pasillo. VLM sólo quiere leer, estar tranquilo. Quisque vuelve su mirada al interior del avión. Sin parpadear, observa a su acompañante, su vecino de asiento, alucinado. El bote de crema de cacao estaba mutando en un bote de Nutella. VLM le devuelve la mirada a Quisque y dice: “Debemos haber entrado en Italia”
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Yo prefería la nocilla toda de chocolate.
ResponderEliminarSalu2 golosos
creo que Quisque coincide contigo. La de dos colores se quedaba siempre a mitad.
ResponderEliminarSalud Dyhego
¡Qué viaje lleva Quisque! Díle de mi parte que, en Italia, sólo encontrará Nutella. Allí no tienen a Fernández Mallo.
ResponderEliminarJo, amigos, lo que vamos a disfrutar. Ya os vi por el nuevo Club. Eso creo, porque andaba algo beoda.
Besazos, que me habéis abierto el hambre y tengo ya ganas de salir de este despacho de las narices.
Hola Isabel. Gracias por la información de la Nocilla, pero la incógnita para Quisque es saber quién tiró el bote de al suelo. No estaría de más saber el motivo de que estuviese vacío.
ResponderEliminarQuisque quiere viajar y comerse algo dulce. Me voy a la panadería a por una napolitana de chocolate. La Nocilla ha sido demasiada.
Salud Isabel
Mi padre me dió dos consejos -en una misma tarde-: Nunca desestimes un pase VIP. Adonde sea. Y por nada del mundo ahorres en papel higiénico.
ResponderEliminarGracias por la invitación, Quisque. Volveré seguido por aquí. Os, sí.
Qué grande tu padre! Bienvenido y espero que nos mantengamos en contacto.
ResponderEliminarjejeje, yo también me he acordado de la Nutella italiana, como en París, que por cierto está buenísima. Muy bien el cuento: percibo una cierta crítica o ironía hacia esa corriente literaria rabiosamente joven de la nocilla... Haces bien en criticarlos: reivindican la nocilla pero son dulcicao en bote de tres kilos.
ResponderEliminarHey Eastriver. No pretende ser tanto una crítica como una ironía. Hace unos días, después de una reunión en Madrid, Vicente Luis Mora (VLM) decidía alejarse del grupo aduciendo razones en su propio blog. VLM es un hombre de gran peso cultural, me gusta. También me gustó el primer tomo del proyecto Nocilla, el N experience y el N lab no los he leído. Ahora he apilado en mi mesita de noche a Ferré, Manuel Vilas y a VLM para leerlos. Después daré mi opinión sobre ellos, no antes. A Javier Moreno, organizador del evento de Madrid lo he leído y lo recomiendo: Click en ed. Candaya y Atractores extraños en ed. Ineditor. Pero de cualquier modo lo interesante es disfrutar, reir, sonreir y jugar con la literatura.
ResponderEliminarSalud Eastriver y se echan de menos tus entradas.
Menuda colección de vasos de nocilla teníamos en casa. Siempre de un solo color también, a veces me la preparaba así calentita, casi derretida.
ResponderEliminarUhmm que recuerdos más ricos
la nocilla es como la nieve, pero en color chocolate. La nombramos y nos lleva a la infancia. Gracias por el café en tu casa, Madison. Ha sido un placer pasear por allí
ResponderEliminarQuisque. Guardame una mesa