viernes, 11 de diciembre de 2009

Quisque sobrevuela


Buenos días, señor. ¿Le importa?

Quisque mira a través de la ventanilla. Nubes. Retira la revista que ocupa el asiento contiguo. Vuelve a mirar las nubes. Gira la cabeza hacia el interior del avión y le pregunta al recién llegado. ¿Va a Bolonia?

No lo sé, ahora sólo viajo.

La voz es triste, cansada.

Quisque mira la bolsa de lona que cuelga del hombro del viajero.

VLM.

Las iniciales le recuerda el nombre de Víctor Luján Moratalla. Mira sus gafas de montura gruesa y oscura.

El pasajero extrae un libro de la bolsa. Perros héroes.

Señores pasajeros, les habla el comandante del vuelo. Vamos a atravesar una zona de turbulencias. Por favor, tomen asiento y abrochen sus cinturones.

Pero si no va a Bolonia, entonces, ¿a dónde? Quisque teme haber equivocado su vuelo. Las palabras parecen haber sonado más allá de sus labios.

Lejos, dice VLM, voy lejos, ya no soy un mutante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario