Hoy ha empezado a llover en la casa del Fumador. Todo ha ocurrido esta mañana cuando las volutas del cigarrillo se han ido acumulando en el techo de la cocina. Poco a poco se han extendido por la casa hasta condensarse y estallar en tormenta. El Fumador se ha sentado en el sillón a leer bajo la lluvia mientras el sol entra por la ventana y las calles languidecen secas. Con sumo cuidado ha encendido un cigarro mientras lee los cuentos de Hemingway pero el agua ha apagado el cigarro y el libro ha comenzado a derretirse. El fumador observa como toda su biblioteca se deshace lentamente, ha visto el rostro de Hemingway desvanecerse, hacerse jirones, a Barthes, a Kafka, a Bukowski, a Orejudo, los ha visto a todos desaparecer, formar una masa de papel mojado en el suelo. Todo se está deshaciendo en la casa del Fumador, los discos, los cuadros, las cajetillas de tabaco. Como no tiene nada que hacer el Fumador ha empezado a bailar bajo la lluvia, a salpicar las paredes y lanzar el cenicero para ver cuantas veces rebota en el agua. Toda la casa se está inundando, los muebles flotan, la televisión lanza destellos. Subiéndose a una mesa llena de restos de revista navega por las habitaciones acostado con las manos detrás de la cabeza mientras mira las nubes de su casa, mientras su rostro se va empapando. El fumador piensa que si abre la ventana podrá caer a la calle en una cascada de libros desechos, podría naufragar por la ciudad a bordo de la mesa y llegar a otra casa y empezar una nueva vida o encontrar a una Fumadora que también naufrague en una mesa y llegar a una isla donde nunca para de llover. Pero las nubes se van evaporando y poco a poco la casa vuelve a quedarse sin agua. Cuando todo está seco el fumador mira a su alrededor y sólo encuentra restos que dejó la tormenta. Decide bajar al estanco pero antes quiere pasar por alguna librería para llenar otra vez su casa de libros. Quizás, solamente quizás, cuando llegue a la cocina y encienda otro cigarro la lluvia vuelva a mojar su rostro.
La imagen es propiedad de : Adriana Cicala
¿A que me chivo a la ministra esa de salud obligatoria para todos y todas?
ResponderEliminarSalu2
Dyhego, el fumador está asustado. Dentro de unas semanas será considerado enemigo público numero uno. Ya escucha los pasos en el pasillo, el cargador del rifle, a los perros, el Fumador ha escuchado a los perros. Ahora sólo espera a la lluvia para largarse en su mesa a un lugar lejano, a otro mundo, a otro lugar.
ResponderEliminarSaludos.
El fumador.
pd. ¡No te chives porfa!
Me gusta mucho el tono de la narración, mucho. De inicio a fin, hasta la dosis de atmósfera irreal. Lo que espero es que los libros estén a salvo (siempre me alarmo si los libros peligran).
ResponderEliminarPor lo demás, entiendo que el fumador esté asustado. Menuda cruzada saludable para enero. Por favor, que a nadie se le ocurra prohibir comer chorizo en público por perjudicar los óptimos niveles de colesterol en sangre (que capaz es este Estado médico-papá-enfermera-sacacuartos-imberbe y demás).
Saludos, amigos. Un acierto estar aquí, con vosotros. Es divertidísimo y ágil. Una gozada.
¡Ah! Que conste que he leído lo de la buena botella. Ahí queda aparcado en mi memoria y no se me olvida.
Abrazos.
Muchas gracias por tus palabras Isabel. Los libros se han mojado un poco pero no importa, el fumador ha comprado libros nuevos y los ha plastificado. Esta vez la lluvia no podrá derretirlos. ¡Que recuerdos... libros plastificados!
ResponderEliminarPara Enero el fumador habrá cambiado de identidad y se mezclará entre la gente. ¡Nadie sabrá nunca que ha existido! jeje
Muchas gracias de nuevo por tus palabras, para nosotros es un lujo tenerte por aquí. Yo me quedo con una frase que leí en tu casa " Soy en la multiplicación" como el humo del fumador, creciendo poco a poco y evitando los ceros.
Un abrazo muy fuerte.
Pd. Empiezo a poner la botella en hielo.
El fumador
Amigos, el lujo es mío. Entrar a una casa tan cálida como esta, no ocurre todos los días. Y están fríos los días como para andar desarrapado.
ResponderEliminarEn serio, sois un encanto. Os lo dice una ex fumadora (por prescripción médica; no del Gobierno, claro).
Isabel...al final vas a conseguir sacarnos los colores, jeje. Aquí tenemos calor, café recien hecho y algo de conversación, así que estás en tu casa.
ResponderEliminarY repito, el lujo es nuestro, de verdad.
Me quito el sombrero, hago una reverencia y voy a servir el café.
Un abrazo del fumador para la Ex fumadora.
Fumador, buen relato, lo sabes. Cuando escribes algo así, te quedas a gusto. Es una lluvia de metáforas, con lo caras que están.
ResponderEliminarIba a pasarme por ahí pero veo que teneis café, calor, conversación, imagino que tabaco, pero de bebercio nada de nada. Ya iré otro día que no tenga sed. Un saludo.
Muchas gracias por tus palabras Thornton, la verdad es que me quedé en la gloria cuando lo escribí sobre todo porque pude ir al servicio de una maldita vez...jeje, es broma. Agradezco mucho tus palabras porque no estaba muy seguro del texto y me han dado seguridad.
ResponderEliminarY en cuanto a lo del café no digas eso hombre que un café no es un buen café si no le añadimos unas gotas de Coñac...aunque te propongo una cosa: Nos tomamos un café en mi casa y luego nos vamos a tu club a bebernos unos cockteles que se que se está muy bien y las copas no son caras. ¿Pones Jazz? porque a mí me encanta el jazz.
Un saludo