Quisque sigue girando. Observa las caras, los ojos que descubren su equipaje y suspiran. Las maletas. El cajón que guarda nuestra vida. Qué hacer si desaparecen nuestras maletas. Se informa a los viajeros que no pierdan de vista su equipaje. Toda la vida metida entre cuatro paredes. Quisque sigue girando. Él también es una caja de recuerdos, pero nadie se atreve a llevárselo.
Las maletas son recogidas. La cinta se queda vacía y él gira. Hacia la derecha, en dirección contraria al tiempo, en busca del amanecer. Solo. Ya nadie le mira, no se alborotan frente a su particular tiovivo. Todo parece detenerse y en segundos se informa por megafonía de un nuevo aterrizaje. De nuevo el giro, los ojos ansiosos, la relajación, la mano que aferra la maleta como un salvavidas y el olvido. Mira mamá, hay un señor en la cinta de las maletas. No hagas caso, tienes que estar atenta a tu maleta azul, cuando aparezca la tienes que coger fuerte. Pero la niña no deja de mirar a Quisque. Se reconocen. La señora que la acompaña busca con desesperación la maleta. No aparece. Corre hacia el puesto de la policía y la niña se queda frente a la cinta. Mira a Quisque. Se sube y comienza a girar. Mira mamá, es muy divertido. Sube. La madre mira a Quisque como a un degenerado. Cuando la niña se acerca, la madre la toma del brazo y la arrastra como una maleta. Quisque espera paciente a que alguien haga lo mismo con él. Mientras tanto gira y disfruta de la cara de los viajeros.
Las maletas son recogidas. La cinta se queda vacía y él gira. Hacia la derecha, en dirección contraria al tiempo, en busca del amanecer. Solo. Ya nadie le mira, no se alborotan frente a su particular tiovivo. Todo parece detenerse y en segundos se informa por megafonía de un nuevo aterrizaje. De nuevo el giro, los ojos ansiosos, la relajación, la mano que aferra la maleta como un salvavidas y el olvido. Mira mamá, hay un señor en la cinta de las maletas. No hagas caso, tienes que estar atenta a tu maleta azul, cuando aparezca la tienes que coger fuerte. Pero la niña no deja de mirar a Quisque. Se reconocen. La señora que la acompaña busca con desesperación la maleta. No aparece. Corre hacia el puesto de la policía y la niña se queda frente a la cinta. Mira a Quisque. Se sube y comienza a girar. Mira mamá, es muy divertido. Sube. La madre mira a Quisque como a un degenerado. Cuando la niña se acerca, la madre la toma del brazo y la arrastra como una maleta. Quisque espera paciente a que alguien haga lo mismo con él. Mientras tanto gira y disfruta de la cara de los viajeros.
Bien me parece que Quisque siga girando. Se mareará con todos nosotros. Eso mejor que la comisaría.
ResponderEliminarTomaré a Quisque del brazo, pero no lo arrastraré como a una vulgar maleta, sino como a un objeto delicado.
Salud.
Ciao Isabella, giá ti ha parlato Quisque primo da me. So Massimo, un poliziotto come direbbe la mia ragazza, ma ho il cuore di poeta. Puoi trovare qualque roba da me cercando per il libro "l'onnivoro con l'impermeabile".
ResponderEliminarQuisque guarda e sorride. É un piacere per lui sappere di te.
Ciao signorina. Massimo Tortola
También yo me llevaría a Quisque en brazos...pero nunca viajé a Bolonia.
ResponderEliminarDar tantas vueltas a las cosas nunca es bueno... Ya me lo decían los curas, no penséis, niños, no le deis vueltas a las cosas que ese es el mejor método para volverse loco (limitaros a obedecer en silencio). Así está acabando el pobre Quisque. Esto le pasa en realidad por pensar demasiado. Un abrazo.
ResponderEliminarSr. Massimo Tortola, ¿conoce a Stefano Robortela? Acaso no pertenecen ustedes a la misma banda: "Caffé dei treni persi". Usted no es policia. ¿Qué han hecho con Quisque?
ResponderEliminarPasaba por aquí para preguntar por Quisque.
ResponderEliminar¿se encuentra bien? ¿está retenido?
A la espera de noticias quedo
Soy Renna. Antonio Renna. El señor Quisque permanecerá retenido a la espera de juicio. Un juicio berlusconiano, a saber: ¿es tan bello como para formar parte de la bella Bolonia? Mientras tanto formará parte de esta habitación en la que disfruta dibujando en las paredes, uniendo las grietas del techo y recordando el tiempo vivido.
ResponderEliminarEastriver. Pensar es malo y ver demasiado también. Las maletas ocultan demasiadas cosas. Pensar y girar. Quisque es un derviche según las palabras de él mismo.
Sr. Thornton, Massimo Tortola no es policía, al menos de la policía pública. Mis superiores no desean que su imagen se haga pública, en cualquier caso su Thornton Club podría sufrir algún desperfecto.
Madison: Quisque está bien. Reflexivo.
He cometido un error, no conozco a nadie. No sé quién es Massimo Tortola, ni Stefano Robortela, ni Francesco Loro, ni Giacomo Rubin, ni Gabriele Palumbo. No puedo identificarlos, no los he visto nunca. Soy una tumba. Quedo a sus pies.
ResponderEliminarFeliz año a todos los lectores de Culturajos. Y respecto a los autores del blog, espero que continúen como lo están haciendo ahora.
ResponderEliminarUn abrazo,
Gonzalo
Amigos italianinos, os deseo un magnífico 2010 y agradezco al 2009 haberme dado la posibilidad de conoceros, Un abrazo.
ResponderEliminarJe! se me ocurre una maldad: vueltas y vueltas con Bolonia y las maletas sin aparecer, y al final, todo empieza y todo acaba en el mismo punto, y todo sigue igual...
ResponderEliminarBueno, todo no, porque Quisque está detenido.
¡Salud Culturajos!
un hombre que pasea por la acera, por tanto casi prescindible en la historia, dice a un amigo: Hablador, ningún hombre puede volver al tiempo en que todo era inocente.
ResponderEliminarYa ves, en el mismo punto geográfico podría ser, pero nunca seguirá todo igual.
Salud, uvas y abrazos desde culturajos