Un día soñé que moría como Roland Barthes. Entraba a una librería y paseaba mi vista por aquellas estanterías llenas de vida y al salir sentí el peso de las bolsas con libros y entré a un estanco. Recuerdo haberme quedado mirando aquellas marcas de tabaco para pipa que siempre quise probar pero que nunca compraba y salir con un paquete de Ducados. Recuerdo haber paseado por la ciudad con aquellas bolsas y el cigarrillo apagado en mis labios y sentarme en un parque a leer bajo algún madroño deshojado mientras el Ducados se convertía en volutas grises que se deshacían en el aire y encontrarme con un poema de Bukowski y aunque quizás Roland Barthes nunca leyó a Bukowski yo si lo hice en mi sueño porque en los sueños se alteran los ritmos de la historia y todo puede suceder. Recuerdo aquella frase que decía: "No es mi muerte lo que me preocupa, si no mi mujer, pues se quedará con este montón de nada". La verdad no sé si la frase era así exactamente pero yo la recuerdo así y me gustó y no paré de pensar en ella mientras el Ducados se desintegraba en mis labios. Recuerdo levantarme de aquel madroño y pasear sin rumbo por aquella ciudad en la que nunca había estado, sentir olores extraños y gentes anónimas a mi alrededor mientras yo paseaba con la mente en aquella frase y no era consciente de lo que sucedía a mi alrededor y crucé si mirar y un coche me lanzó por los aires y yo nunca fui consciente de lo que sucedió porque antes de caer al suelo ya estaba muerto. Y morí así, de repente, porque la muerte a veces viene de repente y con aquella frase de Bukowski en mi cabeza y en ese momento toda mi vida dejó de tener sentido y quedé atrapado dentro de aquella frase y por fin formé parte de la literatua.
Interesante.
ResponderEliminarSalu2
Hola Dyhego, muchas gracias por tu comentario y me alegro de que te halla resultado interesante. ¿Cómo te gustaría que fuera tu último instante?
ResponderEliminarUn abrazo
El Fumador.
Texto de los que hacen pensar. Los que más me gustan.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario Lorena. Seguiremos leyéndonos.
ResponderEliminarUn abrazo
CULTURAJOS:
ResponderEliminar¡No me gustaría que me llegara mi último instante! Pero llegado el momento, no quiero sufrir. Ya bastante jodido es irse de este mundo para que, encima, te vayas sufriendo.
De todos modos quiero morirme cuando ya no pueda valerme por mí mismo.
Un saludo, pero ¿hablemos de cosas alegres, hombre!
jaja, tienes razón Dyhego, a veces no se si en realidad soy un hombre triste o todo lo contrario y a la hora de escribir mis dedos se van directamente a las letras tristes. Pase lo que pase disfrutemos de la vida que en cualquier momento nos la pueden quitar.
ResponderEliminarUn abrazo.