miércoles, 5 de agosto de 2009

La sonrisa de Lucifer


El fumador se ha quedado sin mechero y se siente el hombre más miserable del mundo. Después de rebuscar en todos los rincones de casa ha decidido bajar al estanco que hay en su calle para comprar uno. Para colmo de su desdicha el hombre le dice que están agotados aunque le puede ofrecer una caja de cerillas. Sin atisbo de duda el Fumador acepta las cerillas y vuelve a casa. Una vez allí observa que en la caja de cerillas hay una pequeña leyenda sobre el origen de estas, el texto dice lo siguiente: “En 1826 el farmacéutico inglés John Walker inventó la cerrilla de ficción que llegó a conocerse por el nombre de cerilla-Lucifer o simplemente Lucifer. Lucifer es la traducción al latín de la palabra griega Fósforos o que lleva la luz”
El fumador no puede soportar más la espera, agarra una de las cerillas y la raspa en la lija hasta que prende fuego. El fumador acerca la llama al cigarrillo y soltando una gran bocanada de humo sonríe como el que acaba de hacer un pacto con el mismísimo diablo.

2 comentarios:

  1. Así me gustan los culturajos, que diviertan y eduquen. Y no como los hacía mi primo, que parecían ristras de salchichas. Para mirarse el ombligo están los espejos.

    Por cierto, cuanto le debemos a Lucifer y a la invención del fuego portátil

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  2. Un gran relato y a la vez instructivo!

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