viernes, 14 de mayo de 2010

Anónimo Veneciano

Miguel Delibes ha visto pasar la vida en el pueblo y dice que nada es igual. Me lo dijo anoche en la barra del polígono mientras nos bebíamos unos anises y adivinábamos fantasías en el humo de nuestros cigarrillos. Miguel miraba al techo como buscando respuestas y después bajaba la cabeza hasta toparse con el borde de su vaso. La vida pesa, decía, como lo hacen los días y los recuerdos. Porque el tiempo es plomo y no oro y poco a poco nos va hundiendo en su miseria. Al oír aquellas palabras recordé mi niñez, los grandes bancales llenos de broza donde ahora sólo hay edificios, el sonido del afilador, aquellas aceras pobladas de zompos y canicas, de gatos asustados y rodillas raspadas y el parque. ¿Dónde está mi parque? ¿Dónde han ido a parar todos los arboles dónde dibujábamos corazones con nuestro nombre? La niñez es aquel estado inalcanzable al que no podemos volver y sólo nos queda el recuerdo, respondió Delibes. Daniel, el Mochuelo, lo descubrió hace tiempo, como también lo descubrí yo en su momento o tú ahora mismo. La vida sigue y un día de estos nos iremos y sólo algunos recordaran nuestros pasos. ¿De quién te acuerdas tú? Al decir esto se puso en pie. Terminó de ponerse su abrigo de cazador y con las manos en los bolsillos se encaminó hacia la puerta. Sólo entonces me di cuenta que Miguel Delibes caminaba como un hombre hundido, un tipo que, como Venecia, se va hundiendo sobre sí mismo. La puerta se cerró y lo imaginé cerrando los ojos, completamente satisfecho y abandonando el mundo como un anónimo veneciano.

8 comentarios:

  1. La clara mente de Miguel Delibes no dejó mucha sabiduría escrita. Ahora bien, yo pienso que no morimos con la última mente que nos recuerda, sino que nuestra impronta en el universo reverbera para siempre.
    Un abrazo.

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  2. Estuviste especialmente brillante. Yo también me pregunto como todos eso de ¿Dónde estará mi parque? En la melancolía nos reconocemos todos...

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  3. Fumador, cada día me gusta más como escribes.
    Tu prosa se hace densa y llena de una humanidad que traspasa.
    Enhorabuena y un besazo.

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  4. Hola Mercedes, Delibes nos dejó una gran colección de vivencias, por eso siempre estará vivo, porque aunque pasen los años su recuerdo está impreso y nosotros le homenajearemos cada vez que lo leamos.
    Muchas gracias por tus palabras.
    Un abrazo.
    Fumador

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  5. Ramón, que en la melancolía nos reconozcamos es algo que nos une y nos hace más humanos. El hecho de que sea así muestra que vivimos en el mismo entorno, que todos pertenecemos al mismo universo que apreciamos y que cualquier cambio nos afecta,a unos más que a otros, pero nos afecta a todos de todas formas.
    Gracias por tus palabras.
    Un abrazo.

    pd. Me tienes enganchadísimo con tu análisis de la fotografía de Capa, espero asisoso el desenlace del misterio.
    Otro abrazo.
    Fumador

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  6. Fumador,como siempre, me arrodillo ante vos y bésole la mano como rendición a vuestra honorable escritura. Tenéis un estilo brillante provocando en mi faz grasienta y en podedumbre una sonrisa pura y entrañable. Sábeis que en miniatura bajo la poligonal barra de la hórrida espesura, hállome anonadado mientras os veo dialogando con tan altos maestros que a posteriori seréis vos mi predilcto y el que me hable mientras pensare que cuán amo vuestra escritura.

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  7. En primer lugar Isabel agradecerte muchísimo tu visita, se que andas liada en tus asuntos, que por cierto todos esperamos, y que ahora cualquier tiempo dedicado a otra cosa es tiempo que no dedicas a lo tuyo. Y en segundo lugar darte de nuevo las gracias por tus palabras de apoyo que siempre animan a seguir escribiendo.
    Un abrazo muy fuerte.
    Fumador

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  8. Anónimo, dejame vos encandilado, ruborizado y extasiado por cuan desmesuradas palabras hacia mi persona. Más le diré que agradezco de corazón el haber leido estas humildes líneas que tan bien celebramos ambos. Es placer saber que una sonrisa se ha perfilado en su faz de buen gentil, faz que siempre es digna de ver en la espesura que es la noche polígonera.Le diré que una vez espachados los asuntos en los que menesterosamente nos hallamos brindaremos juntos al unísono, por el vino, por la vida, por nosotros.
    Reciba su merced un caluroso abrazo y sea conocedor que desde que leí su comentario la sonisa ha mudado de su faz a la mia y que a su amistad siempre seré presto.
    Otro abrazo pues.
    Fumador

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