martes, 6 de septiembre de 2011

EL BIBLIORFANATO: Juan Rulfo

No podría ser de otro modo. Juan Precioso es hijo de Pedro Páramo. Como sus apellidos indican es un hijo no reconocido legalmente, que crece y vive lejos de su padre. Al morir la madre de Juan Precioso, ésta le indica quién es su padre y el hijo se marcha a su encuentro.



Hagamos un juego con los apellidos. Juan es el hijo deseado, algo precioso, muy estimado que deja la huella de la memoria en su madre. Juan es el hilo de Ariadna que permite a la madre volver, regresar a su pasado, una patria de la que se exilió por algún motivo. Imagino que cuando alguien emigra es para buscar algo mejor o por huir de un mundo del que se ha visto expulsado. Así Juan reconduce los pasos de su madre hacia atrás, lleva el alma de su madre muerta hasta el lugar donde se desarrolló como persona. Pero cualquier regreso es peligroso. Juan se encuentra con el páramo, con el terreno yermo y raso en el que se ha convertido su origen. Juan se encuentra sólo, desabrigado, expuesto al pasado sin saber quién ni desde dónde le habla. Juan Precioso carga el alma de su madre y se ve envuelto en el mar de almas que quedan en Comala.



Pedro Páramo es el agujero negro, el vórtice, el personaje central de este pueblo imaginario. Páramo arrasa con todo: mujeres, tierras, hombres, animales y, en fin, deja asolada la tierra en la que vive. Comala es, desde el primero momento, un páramo. Comala y Pedro Páramo es el lugar arrasado de la memoria.



La memoria es ese lugar repleto de muertos, de voces, de murmullos que desde el pasado parecen reconocernos. La memoria es lo que nos impulsa a caminar, a regresar; pero también es la memoria homicida, la que nos asesina lentamente por el miedo a lo que fuimos. La memoria, ese lugar mítico donde residen todos nuestros muertos y los muertos de nuestros muertos, es Comala. Regresar a ella tiene sus costes. Regresar supone pagar un peaje.


Juan precioso regresa a Comala, a la memoria, a la historia de la familia y desde allí nos narra la historia de un lugar, de un pueblo, de un modo de vida. Desde Comala nos habla como un muerto que habla con los muertos.



Pedro Páramo, de Juan Rulfo, es el veneno de la escritura. Cien páginas de creación, imaginación, historia y pasado.

4 comentarios:

  1. Me gusta tu mirada sobre la escueta (en extensión) pero inmensa (literariamente hablando) obra de Juan Rulfo.
    Un abrazo grande.

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  2. Hola Isabel,
    a mi me gusta saber que sigues ahí y que lejos, seguimos cercanos.
    Salud y mis enhorabuenas por tus logros
    Perich

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  3. Se llama Juan Preciado.

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    Respuestas
    1. Compadrito, tienes toda la razón. En estos momentos me estoy fustigando con las con las esquinas de cada una de las páginas. Creo que terminaré como Ecce Homo, pero no merezco.
      Gracias por tu lectura y tu corrección
      Salud
      Perich (el que suscribe el texto)

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