miércoles, 3 de marzo de 2010

En espiral


Conozco a un escritor que está escribiendo una novela. Esto no es algo original, ya lo sé. ¿Cuántas novelas se ocultan en los escritorios? Prefiero no responder a esta pregunta. Este conocido pretende narrar la historia de un escritor y su relación con la literatura. Algo aún menos original si cabe. Pero lo peor no es esto, lo peor es que quiere que lea su manuscrito, el primer borrador, antes de hacer ninguna corrección. Me da miedo enfrentarme a ese montón de folios. No quiero luchar contra una espiral negra que ensarta autores noveles que cuentan historias sobre escritores y los libros.

Hace pocos días hice una lista de novelas que trataban este tema. Cansado, tras haber pasado la tercera página en la que anotaba obra y autor, cerré el bloc de notas y me fui a dormir. A la mañana siguiente me llamaron del trabajo, habían encontrado a un hombre atado de pies y manos en la cocina de su casa. El cabo me informó de que el cadáver no presentaba signos de violencia física, sólo tenía la boca llena de folios escritos. Por el suelo de la cocina se esparcían los restos de lo que parecía una novela. El escenario no presentaba más rasgos destacables. Mientras pensaba en el hijo de puta que podía haber hecho eso me senté en la cama. Al ponerme los pantalones un objeto extraño se me clavo en el muslo. Era un objeto negro, en espiral, de los que ensartan a los escritores que sólo saben escribir sobre libros.

14 comentarios:

  1. Qué te digo... ¿No te da penita este escritor que confía en ti? Pues no, ya veo que no. En fin, tú mismo. A ver qué le vas a decir para no morir con los folios atragantados en medio de tu cocina.
    Je, je, je... Pero qué malo eres.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Bueno, lo mejor es una opinión sincera, lo demás, me lo tomo como parte de una pequeña novela de intriga..
    un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Mercedes, hay más escritores que lectores, esta balanza no se mantiene. Hay que ir revisar con cuidado que leer antes de comenzar el divertido trabajo.

    Salud
    Perich

    ResponderEliminar
  4. Suso. La sinceridad. A veces la sinceridad sería decir que no quieres leerlo y punto. Pero es tan difícil. La hipocresía es nuestro peor enemigo.

    Salud

    ResponderEliminar
  5. ¡No seré yo el que te deje a leer algo mío, jejejeje!

    ResponderEliminar
  6. Ni yoooooooooo, Dyhego. Ay, lo que tenemos que sufrir los escritores.

    ResponderEliminar
  7. jajaja. No me digas eso Dyhego, que ya me lo dijo Cervantes y mira dónde ha acabado. Yo soy el que mueve los hilos de este cotarro editorial.

    Salud y leña.
    Perich

    ResponderEliminar
  8. Mercedes. Seguro que sabrás que sacrificado es el mundo del escritor, pero ¿y el del lector? ¿Acaso no es también un sufridor de la literatura?

    Salud

    ResponderEliminar
  9. Perich, ¿quedan lectores por ahí? Infórmame dónde se esconden esas raras aves.

    Me he sonreído internamente... Cuántas veces hay que comerse los folios y agredir las vanidades con las espirales de los cuadernillos.

    Besos grandes, querido amigo.

    ResponderEliminar
  10. El que es un hipócrita no es el lector, sino el escritor que deja su manuscrito y a cambio espera palabras que refuercen el pensamiento de que esa es su mejor novela.

    ResponderEliminar
  11. Isabel, creo que ya hay más escritores que lectores, pero muchos quedan con criterio, que leen en varios planos, que captan ironías, que no les gustan las lecturas complacientes. Hace unos años vi uno, era un mercadillo de rarezas y estaba junto a una lámpara de latón y una rueda de bicicleta.

    Salud

    ResponderEliminar
  12. Blanco, ¿no crees que ese mundo de los blogs esta dejando demasiados escritorios vacíos? Incluso a mí se me permite escribir.
    Más allá de una corrección o de cualquier criterio, esta maravillosa red absorbe todo. Me recuerda a aquella televisión en la que en algún momento apareció Gran Hermano, OT, Salsa Rosa y poco a poco la mediocridad lo inunda todo.

    Si esta red me escuchara me expulsaría del sistema.

    Salud

    ResponderEliminar
  13. Me diviertes y me haces pensar. Tu último comentario es ilustrativo. Pero en el fondo todo el mundo tiene derecho a expresarse. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  14. Llevas razón Ramón, la expresión debería de ser un derecho consustancial al hombre, aunque muchas veces se coarte de muchos modos distintos. La expresión y la creación artística creo que son exactamente la misma cosa y en este caso el texto habla de la creación artística. Aquí también existe el derecho de expresarse y el derecho complementario a negarse a disfrutar del acto artístico.

    Mira Ramón, estoy intentando escribir bien y no me sale nada. Tengo que seguir trabajando a este Perich, más borde que el Quisque.

    Salud

    ResponderEliminar